Hasta ahora, el Reino Unido, como todo Europa, ha dependido en gran medida de Rusia para abastecerse de gas (el país tiene un tercio de las reservas globales) Sin embargo, el subsuelo del sur de Inglaterra atesora grandes reservas de gas de esquisto. Delante de este escenario, y a pesar de las potentes voces en contra, el Gobierno británico ha decidido cambiar las leyes para acelerar los procesos que den luz verde a la extracción del hidrocarburo utilizando la técnica del fracking y reducir así su dependencia energética del exterior.
El ‘fracking’, una técnica controvertida
El petróleo no convencional o gas de esquisto es un hidrocarburo que se encuentra a más de 3.000 metros de la superficie disuelto entre la rocas. Para extraerlo es necesario fracturarlas inyectando agua, arena y productos químicos a alta presión, de ahí el nombre de “fracking” o fractura hidráulica.
El método del fracking tiene numerosos detractores entre los defensores del medio ambiente y suscita el rechazo de la mayor parte de la población allí donde se practica: las extracciones se han relacionado directamente con movimientos sísmicos y con la contaminación de los acuíferos en las zonas afectadas. A pesar de ello, el número de países que se van sumando al fracking va en aumento y la extracción de este petróleo no convencional ya está cambiando el mapa energético mundial (leer el artículo de fondo del Instituto Español de Estudios Estratégicos que publicamos en septiembre, El gas de esquisto y la neoestrategia de EE.UU.)
Nueva legislación para regular el fracking
En una carta enviada hace unos meses al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, el primer ministro británico, David Cameron, le reprochó que las políticas de la Unión Europea sobre fracking estaban perjudicando al Reino Unido, situándole en desventaja frente a EE.UU. y China. Según un informe elaborado por el Centro Geológico Británico y el Ministerio de Energía y Cambio Climático, se estima que el Reino Unido tiene una reserva de gas de esquisto de 4.000 millones de barriles. Este crudo se encuentra fundamentalmente en el sur: en los condados de Hampshire, Sussex, Surrey y Kent. Uno de los objetivos del Gobierno de David Cameron es que la nueva legislación que regulará el fracking permita realizar prospecciones sin tener que obtener el permiso de los propietarios de las tierras; requisito que actualmente dilata los trámites para efectuar las pruebas necesarias que determinan en qué lugares exactamente es factible extraer el hidrocarburo.
El Gobierno, ante las masivas protestas populares, ha afirmado que los municipios afectados por el fracking obtendrán una compensación económica por cada pozo que se perfore y que se beneficiarán económicamente de las ganancias de esta industria.