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La Agencia Internacional de la Energía lanza una advertencia urgente

“El mundo no está en la senda de alcanzar el objetivo acordado por los gobiernos de limitar la elevación de la temperatura media mundial a largo plazo en 2 grados Celsius (ºC)”. Así es como empieza el resumen ejecutivo del Informe Especial Redibujando el Mapa de la Energía-Clima que la Agencia Internacional de Energía (IEA) ha presentado esta semana.

El Informe Especial Redibujando el Mapa Energía-Clima insta al sector energético a un cambio

El mundo no está en la senda de alcanzar el objetivo acordado por los gobiernos de limitar la elevación de la temperatura media mundial a largo plazo en 2 grados Celsius (ºC)”. Así es como empieza el resumen ejecutivo del Informe Especial Redibujando el Mapa de la Energía-Clima que la Agencia Internacional de Energía (IEA) ha presentado esta semana. Y es que, a pesar del compromiso colectivo adquirido globalmente por los gobiernos, no está previsto que ningún acuerdo internacional se firme antes de 2015. Si tenemos en cuenta que las obligaciones jurídicas que se desprendan de estos posibles acuerdos no entrarán en vigor hasta 2020, nos encontramos en la situación que ha llevado a la IEA a llamar la atención de todos los países del mundo con los contenidos de este informe.

 

[youtube height=»360″ width=»640″]https://www.youtube.com/watch?v=MTvlSN8pZ7o&feature=player_embedded#![/youtube]

La directora ejecutiva de la IEA, Maria van der Hoeven, presentando el informe.

 

El sector de la energía constituye la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, los gases causantes del cambio climático. Por esta razón, el informe, de 132 páginas, se centra fundamentalmente en este sector.

De los cuatro puntos que aborda el texto, en Inmesol hemos escogido tres (en el cuarto se indican las actuaciones adicionales que ayudarían a reducir las emisiones más allá del 2020). Los resumimos a continuación: [1]

 

1.       Descripción de la situación actual y del escenario climático y de política energética en el mundo

  • Las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero están aumentando rápidamente. En mayo de 2013, los niveles de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera superaron por primera vez en varios cientos de miles de años las 400 partes por millón.
  • Los acontecimientos climáticos extremos (olas de calor, inundaciones, etc.), según la mayor parte de los expertos, irán en aumento, tanto en frecuencia como en intensidad.
  • La elevación de la temperatura global y del nivel del mar también irá en aumento.

 

IEA-2

 

  • Si bien la actuación a escala mundial aún no es suficiente para limitar la elevación de la temperatura global en 2 °C, este objetivo sigue siendo técnicamente factible, aunque, a su vez,  extremadamente exigente.
  •  Si se quiere cumplir con la posibilidad realista de no superar el incremento de 2º C, es necesario actuar intensamente antes de 2020.
  •  El sector energético produce aproximadamente dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero, puesto que más del 80 % del consumo mundial de energía se basa en combustibles fósiles.
  • A pesar de la positiva evolución de algunos países, las emisiones mundiales de CO2 derivadas de la energía crecieron un 1,4% y alcanzaron 31,6 gigatoneladas (Gt) en 2012, un máximo histórico.
  • Los países no pertenecientes a la OCDE han pasado de generar el 45% de las emisiones mundiales en 2000 a producir el 60% actualmente.
  •  En 2012, China fue el país que más contribuyó al incremento de las emisiones mundiales de CO2, aunque el aumento de las emisiones en este país fue uno de los más bajos del último decenio, gracias, en gran medida, al crecimiento de las energías renovables y a una significativa mejora de la intensidad energética de su economía.
  • En Estados Unidos, la mayor utilización de gas en lugar de carbón en la generación eléctrica contribuyó a que las emisiones se redujeran en 200 millones de toneladas (Mt), devolviéndolas a niveles de mediados de los años noventa. Con todo, las alentadoras tendencias observadas en China y Estados Unidos bien podrían invertirse.
  • En Europa, pese al aumento del uso del carbón, las emisiones disminuyeron 50 Mt como resultado de la contracción económica, del crecimiento de las energías renovables y de la existencia de límites máximos de emisiones para los sectores industrial y energético.
  • En Japón, las emisiones aumentaron cerca de 70 Mt, ya que los esfuerzos por mejorar la eficiencia energética no compensaron completamente el mayor uso de combustibles fósiles para reemplazar la reducción de la energía nuclear.
  • Aun asumiendo que se pongan en marcha las políticas previstas todavía no aplicadas, se prevé que, para 2020, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía superarán en 4 Gt CO2 equivalente (CO2e) el nivel que permitiría alcanzar el objetivo de los 2 °C, lo que pone de manifiesto la envergadura del desafío al que hay que hacer frente en la presente década.

 

2.       Expone cuatro medidas muy concretas que, entretanto, el sector de la energía podría aplicar rápidamente, sin coste económico neto, para mantener el objetivo de los 2ºC

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Las cuatro políticas energéticas que propone la IEA evitarían 3,1 Gt CO2e de emisiones de gases de efecto invernadero para 2020; es decir, el 80% de la reducción de emisiones necesaria para alcanzar el objetivo de los 2 °C. Esto haría ganar un tiempo precioso mientras continúan las negociaciones internacionales sobre el clima antes de la reunión de la Conferencia de las Partes en París (2015) y hasta que se implanten las políticas nacionales necesarias para poner en práctica el esperado acuerdo internacional.

Las cuatro medidas se basan en tecnologías ya existentes, han sido probadas como eficaces en algunos países y su adopción conjunta no perjudicaría el crecimiento económico de ningún país:

 

 

 

  1. Adoptar medidas concretas en materia de eficiencia energética (49% de la reducción de emisiones).
  2.  Limitar la construcción y el uso de las centrales de carbón menos eficientes (21%).
  3.  Minimizar las emisiones de metano (CH4) derivadas de la producción de petróleo y gas natural (18%).
  4. Acelerar la eliminación progresiva (aunque parcial) de las subvenciones al consumo de combustibles fósiles (12%).

 

  • Las medidas en materia de eficiencia energética incluyen la aplicación de normas de rendimiento energético, tanto en los edificios (para iluminación, nuevos aparatos eléctricos y nuevos sistemas de calefacción y refrigeración) como en la industria (para motores industriales) y en el transporte (para vehículos por carretera). Los países que ya tienen estas políticas deberán reforzarlas o aumentarlas; los demás, deberán introducirlas.
  • Estas políticas podrían recortar 1,5 Gt de las emisiones mundiales derivadas de la energía para 2020, un nivel cercano al actual de Rusia.
  • La inversión adicional requerida a escala mundial alcanzará los 200.000 millones de dólares (USD) para 2020, pero quedará más que compensada por la disminución del gasto en combustible.
  • Asegurar que no se construyen nuevas centrales subcríticas de carbón y limitar el uso de las menos eficientes ya existentes evitaría 640 Mt de emisiones para 2020 y contribuiría igualmente a disminuir la contaminación local del aire.
  •  Las subvenciones a los combustibles fósiles totalizaron 523. 000 millones de dólares en 2011, alrededor de seis veces el nivel de apoyo a las energías renovables.
  • La aceleración de la eliminación progresiva parcial de las subvenciones a los combustibles fósiles evitaría unos 360 Mt de emisiones de CO2 en 2020 y posibilitaría la aplicación de medidas de eficiencia energética.

 

3.       Demuestra que el sector de la energía debe actuar frente al cambio climático por su propio interés

Los acontecimientos climáticos extremos ponen en riesgo las centrales y redes de energía, las instalaciones de petróleo y gas, los parques eólicos y otras infraestructuras. De igual modo, hay efectos del cambio climático más graduales que también atañen al sector energético: la elevación del nivel del mar en las infraestructuras costeras, las escasez de agua en las centrales eléctricas, los cambios en la demanda de calefacción  o refrigeración, etc.

Retrasar una actuación climática más decidida hasta 2020 tendría un coste: se evitaría la inversión de 1,5 billones de dólares (USD) en tecnología de bajas emisiones de CO2 antes de 2020, pero tras esa fecha sería preciso invertir 5 billones de dólares (USD) adicionales para volver a la senda deseada.

 

Países miembros de la AIE:

Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Corea, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Japón, Luxemburgo, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, República Eslovaca, Suecia, Suiza y Turquía. La Comisión Europea también participa en el trabajo de la AIE.

 

Resumen completo del informe

http://www.iea.org/media/translations/weo/Redrawing_Energy_Climate_Map_Spanish_WEB.pdf

 

 

 


[1] El artículo es un resumen del publicado por la Agencia Internacional de la Energía. Hemos sido fieles al texto original hasta la literalidad para no desvirtuar su contenido.