Un grupo de graduados del MIT ha desarrollado una pulsera que para muchos será un sueño hecho realidad: actúa como sistema de calefacción y aire acondicionado personal utilizando un chip (SOC) Intel que responde a las demandas del usuario comunicándose con él. Se llama Wristify y está a punto de ser comercializada. La pulsera se acciona pulsando uno de sus dos botones, el que activa el sistema de aire acondicionado o el que pone en marcha el de la calefacción. Wristify utiliza ondas naturales que activan los termoreceptores de la superficie de la piel proporcionando calor o frío en función del confort térmico que quiera alcanzar la persona, y sin que afecte a la temperatura global de su cuerpo. Cuando enfría, la pulsera se ilumina adoptando un tono azulado, y cuando calienta, adquiere un tono anaranjado. Además de los botones de calefacción y refrigeración, también dispone de un deslizador para ajustar la temperatura.
Todo empezó con un concurso Como cada año, en 2013 El MIT convocó un concurso sobre diseño de materiales. La convocatoria tenía como tema la sostenibilidad. Un grupo de graduados estuvo reflexionando sobre la gran cantidad de energía que se utiliza en la climatización de los edificios y llegó a la conclusión de que somos las personas las que necesitamos esa climatización de forma directa. Se pusieron a trabajar y utilizando la tecnología termoeléctrica crearon el primer prototipo de Wristify, con el que ganaron el primer premio de la competición el pasado mes de octubre, valorado en 10.000 dólares. La pulsera también ha quedado finalista en el concurso de Intel Make it usable.
Wristify se ha desarrollado en los laboratorios Embr de Cambridge. Según explica Sam Shames, uno de sus fundadores, “Wristify se hizo rápidamente viral y la gente reaccionó con entusiasmo delante de la idea, lo que nos abrió los ojos para ver la oportunidad que teníamos de comercializar el dispositivo”. La versión final de la pulsera –cuya tecnología está pendiente de patente– integra un nuevo chip de Intel que la hace “inteligente”: es capaz de realizar cálculos complejos y llegar a aprender cuándo el usuario va a necesitar calor o frío. Los responsables del producto han testado la pulsera en la calle y la respuesta, como vemos en el vídeo de abajo, ha sido muy positiva.
Estamos delante de un nuevo e interesante wearable que estará pronto en el mercado por un precio aproximado de 200 dólares.